Muchos
años después del gran diluvio y del maretazo que asolo las costas del
territorio de los grupos Étnicos, el inca Pachacutec, al mando de un gran
ejercito de gentiles, después de derrotar a los Chimúes, tras larga y cruenta
guerra, siguió avanzando hacia el norte.
Antes de llegar al valle de Katak
Kaos, los PUTUTOS y tambores dejaron de
sonar. La gente de los grupos Étnicos se lleno de pánico. Los curacas Meknón,
Ñapica y Melen concentraron a sus súbditos para organizar la defensa. Pero el
Inca Pachacutec les envió un mensaje de
paz.
Los curacas respondieron con los
chasquis: habían decidido rendirle homenaje y obediencia cuando el señor del
cuzco llego a sus comarcas fue recibido con fiestas que duraron varios días.
Durante su permanencia, el inca Pachacutec se sintió atraído por una de las
doncellas que estuvo a su servicio.
Eres hermosa – le dijo, tu belleza es
deslumbrante la trajo hacia si. El sol brillaba en los bellísimos ojos negros
de la muchacha. Un intenso fuego ardió entre los dos. El Inca Pachacutec
aprisiono el cuerpo moreno y ágil de la doncella.
Volveré – le prometió , volveré por ti mi flor del desierto
La guapa se enamoro perdidamente del Inca en
los días que pachacutec alistaba a sus
tropas, ella se contentaba con observarlo disimuladamente.
Y cuando
llego el momento en que el soberano partió con rumbo hacia el norte, se había percatado que no tenían un tambo
adecuado para alojar a su huespes, les ordeno la construcción del TAMPU LEROC.
Los Étnicos de acuerdo a la disposición de sus estrategas
construyeron el Tampu Leroc en el
desierto, a una lengua al norte del
anterior que se llama Tampu colorado, que a su vez se encontraban a tres
lenguas al este de Sinchao.
Ya se
disponían a recibir al jefe y a su ejército imperial que retornaban triunfantes. Pero el Inca Pachacutec había
determinado no llegar donde PROMETIO. Emprendió el camino hacia el cuzco por la
ruta de Huancabamba enterados los curacas ordenaron abandonar el Tambo que
estaba colmando con ofrendas de oro y de plata.
La hermosa
sintió un palpitar. Algo le decía que no iba a volver su amado Inca se sumió en
una tristeza profunda. Y con la esperanza de encontrarlo algún día se fue a
vivir al Tampu Leroc con el paso de los años se convirtió en su guardiana. La
pobre mujer empezó a envejecerse esperando útil mente cuando murió su espíritu
siguió custodiando los tesoros almacenados. Desde entonces vago sobre la arena
que los vientos sepultaron, poco a poco, al Tampu Leroc.
Mucho
tiempo después, los lugareños la llamaron “Vieja Capuzona “y cuentan que se
aparece al mediodía, a pleno sol ardiente sobre las dunas, invocando el nombre
de su amado.
El despojo
donde estuvo el Tampu Leroc conserva el secreto de esta bella flor del
desierto, que murió de amor esperando el retorno del inca
El habla
de mi pueblo gentil. Gente de otro lugar. Antiguos pobladores autóctonos cuyos
restos se conservan en las huacas.
Pututos. Quechua, instrumentos de vientos
fabricados con la concha de caracol marino, , cuyo sonido convocaba a la
colectividad . Los chasquis también lo levaban consigo para anunciar su revelo
en la siguiente posta
Chasquis. Quechua, del verbo chasquiy,
recibir, mensajeros, correo de los incas.
Tampu
Leroc. . Tamborero blanco. Tambo o lugar de reposo y abastecimiento para
viajeros.